FINCA LA EMPERATRIZ
Una expresión desnuda, pura y directa del terruño de la finca, con todos los mimbres de los vinos finos y de guarda que se convierten en frescura y elegancia con el paso de los años.
93+
Puntos
90
Puntos
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Puntos
FINCA LA EMPERATRIZ
Blanco
Elaborado con Viura de Viñedos Singulares de más de 60 años de edad. El roble, perfectamente integrado, acompaña a un vino expresivo, con gran frescura y un final largo y persistente, con guiños a los blancos de crianza tradicionales de Rioja.
94
Puntos
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Puntos
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Puntos
95
Puntos
FINCA LA EMPERATRIZ
Tinto
Un ensamblaje selección de las viñas más viejas de la finca, reconocidas como Viñedo Singular. Un Rioja clásico, fino y elegante, con aromas y sabores limpios y precisos.
FINCA LA EMPERATRIZ
Blanco
Elaborado con Viura de Viñedos Singulares de más de 60 años de edad. El roble, perfectamente integrado, acompaña a un vino expresivo, con gran frescura y un final largo y persistente, con guiños a los blancos de crianza tradicionales de Rioja.
FINCA LA EMPERATRIZ
Tinto
Un ensamblaje selección de las viñas más viejas de la finca, reconocidas como Viñedo Singular. Un Rioja clásico, fino y elegante, con aromas y sabores limpios y precisos.
El Jardin de la Emperatriz
Una declaración con toda la largura, tensión y sutileza típicas de la finca, que no requiere de largos tiempos de crianza en bodega para mostrar su viveza y deliciosa carga frutal.
EL JARDÍN DE LA EMPERATRIZ
Blanco
Un blanco equilibrado, con frescura, persistencia y un corte delicado.
EL JARDÍN DE LA EMPERATRIZ
Tinto
91+
Puntos
91
*****
Puntos
92
Puntos
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Puntos
EL JARDÍN DE LA EMPERATRIZ
Blanco
Un blanco equilibrado, con frescura, persistencia y un corte delicado.
91+
Puntos
91
*****
Puntos
92
Puntos
91
Puntos
92
Puntos
EL JARDÍN DE LA EMPERATRIZ
Tinto
El ensamblaje es el protagonista en un tinto serio, de perfil limpio y clásico con buena entrada y taninos muy finos.
EL TERROIR
Una finca, múltiples parcelas
Pese a que se trata de una sola pieza de terreno tras su adquisición los Hernáiz decidieron sectorizar la finca para aplicar una viticultura diferenciada a las cepas en función de las características de cada parcela, determinadas por la combinatoria de una serie de variables: variedad plantada, porta-injerto, edad de las cepas, orientación del viñedo, microclima, edafología, sistema de conducción, densidad de plantación…
En los confines de Rioja
Finca La Emperatriz está situada en el extremo noroccidental de la D.O.Ca. Rioja, en una de las mesetas más elevadas de la Rioja Alta, a 570 m de altitud. Situada a12 km de Haro, está enclavada entre las sierras Cantabria y Demanda. Esta localización es la responsable de que goce de un clima más continental de lo habitual en Rioja, aunque atemperado por la proximidad del Cantábrico; un clima idóneo para la maduración lenta de la variedad Tempranillo
Cepas de más de 65 años
Tras la adquisición de la finca, se conservaron las viejas cepas de más de 65 años que habían pervivido y se plantaron cepas nuevas tras una cuidadosa selección de clones y en función de las peculiaridades edafológicas y climáticas de cada rincón del viñedo. En Finca La Emperatriz se cultivan las variedades Tempranillo, Garnacha, Graciano, Viura y Maturana.
Un terroir de excepcional dureza
La finca está situada en una terraza aluvial del río Oja, originada a partir de la erosión de la Sierra de la Demanda. Un particular suelo de cantos rodados de meta-areniscas es su mayor singularidad. Por una parte, este tipo de suelo facilita el drenaje y por tanto una baja retención de agua, que impone a las plantas un estrés hídrico muy favorable en época de maduración.
Finca la Emperatriz
Los orígenes de Finca La Emperatriz se remontan a Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III y última Emperatriz de Francia, título al que la finca debe su nombre. En 1878 la Emperatriz, en aquel entonces propietaria de este viñedo, presentó a concurso en la Exposición Universal de París un vino que fue premiado. Estaba elaborado a partir de estos viñedos, en Baños de Rioja, y el galardón ya reconocía en aquel entonces el potencial y la singularidad de la finca.
Con el paso de los siglos la propiedad fue cambiando de manos hasta que en 1996 la adquiere la familia Hernáiz, desconociendo entonces la historia y el potencial de la propiedad. Cuatro años después Eduardo y Víctor Hernáiz toman las riendas del proyecto con el claro propósito de elaborar vinos de calidad de este histórico viñedo.
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